En el aniversario N°128 de Peñaflor: Municipalidad homenajea a vecinos que han contribuido en el desarrollo de la comuna

 

Un homenaje al Patrimonio Vivo de la comuna, hizo el Alcalde Nibaldo Meza a vecinos, que a través de largos años han contribuido al desarrollo de la comunidad, en el marco de la celebración del Aniversario N°128 de Peñaflor. Ellos son: Rosa Castro, antigua alfarera de El Muelle; Familia Mendoza, antiguos tomeros del Canal de Mallarauco; Ernesto Martínez (Don Pilo) y Familia Martínez, tradicionales peluqueros de Peñaflor; Manuel Lizana, uno de los últimos zapateros remendones de la comuna; María Frías, dirigenta social por vocación; Mario Gutiérrez, uno de los últimos zapateros de Malloco; y José Antonio Lagunas el boticario de Malloco.
Esta celebración estuvo acompañada del Festival de Talentos de Peñaflor Peñafest, en el parque de la Piscina Villa Rialto, donde se premiaron a  cantantes locales y bandas emergentes en las diferentes categorías.
Además, en la oportunidad, se presentaron los Villancicos del Conjunto Folclórico de las EscuelasLiceos Municipales y la agrupación Jase Quartet, de música clásica. 

 

Rosa Elvira Castro Navarro: Antigua Alfarera de El Muelle de Peñaflor

Durante su niñez y juventud, la señora Rosita ofició como alfarera en el sector El Muelle de Peñaflor, donde se desarrolló hasta fines del siglo XX el modelado y cocción de objetos de greda, cuya materia prima se extraía en los cerros de Pelvín.

Nacida en 1930 y criada en Peñaflor, hija de Manuel Jesús Castro y María de los Santos Navarro, que le transmitieron el oficio, a su edad conserva intactos los conocimientos y toda la cultura que giraba en torno a ella, formando parte de un valioso tesoro de la memoria peñaflorina, como los viajes de su abuelo a vender la loza en carreta en la calle San Pablo de Santiago o en el balneario El Trapiche.

Familia Mendoza: Tomeros del Canal Mallarauco.

Durante tres generaciones, desde 1953 hasta hoy, la familia Mendoza ha desarrollado el oficio de tomero del Canal Mallarauco, que consiste en vigilar el funcionamiento de las compuertas que captan las aguas desde el río Mapocho, asegurando el abastecimiento para el riego de miles de hectáreas de los valles de Pelvín y Mallarauco. El oficio ha pasado de mano en mano entre generaciones de una misma familia. El primer tomero fue Manuel Mendoza, que al morir en 1962 dejó la misión en manos de su hijo Abraham. Al fallecer éste, hereda la tarea Rosendo Mendoza, el nieto de Manuel y actual tomero del acueducto.

 

 

Ernesto Martínez Salazar (Don Pilo) y Familia Martínez: Peluqueros tradicionales de Peñaflor

Los orígenes de la peluquería se remontan a los campos de Melipilla en las primeras décadas del siglo XX. Fue don Manuel Martínez quien comenzó cortando el pelo a los lugareños, trasladándose junto a su esposa María Salazar en 1926 a Peñaflor, donde fundó su emprendimiento, traspasando el oficio el oficio a sus seis hijos: Orlando, Juan, Oscar, Manuel (Don Tilín), Eduardo (Tatita) y Ernesto.

El menor de ellos, Ernesto, popularmente conocido como don Pilo, nació un 19 de septiembre de 1941, manteniendo esta tradición hasta la fecha, caracterizándose por un servicio amable que ha traspasado varias generaciones de clientes, que siguen prefiriendo a la peluquería Martínez como su peluquería.

La Peluquería de don Pilo funcionó durante muchos años al interior del antiguo Supermercado Láscar, donde actualmente está el Mayorista 10, pero debido a los saqueos que se produjeron en octubre de 2019, sufrió severos daños y perdió gran parte de su capital de trabajo. Actualmente trabaja en su domicilio particular, a la espera de restituir su peluquería.

 

Manuel Lizana González: Uno de los últimos zapateros remendones de Peñaflor

Manuel Lizana González es uno de los últimos zapateros remendones de Peñaflor
A sus 81 años trabaja en su taller de Gabriela Mistral 624 y sigue recibiendo encargos pues se sabe de su gran prestigio. Lleno de nostalgia, labora entre zapatos abandonados y sus fieles máquinas y utensilios. Fue un trabajador con gran compromiso social, cumpliendo labores como delegado sindical, lo que le significó varios sinsabores con sus empleadores.
Laboró en Bata y en otras grandes fábricas de calzado, destacando por la calidad de sus trabajos. Tras la crisis del calzado nacional, desde hace 44 años se independizó y junto a su inseparable esposa Eugenia Rodríguez decidió formar su propio taller, lo que les permitió dar sustento al hogar y a sus tres hijos. Incluso, en sus mejores momentos tuvo zapateros ayudantes.

 

María Angélica Flora Argentina Frías Ovalle: Dirigente social por vocación

Nació hace 80 años en Peñaflor. Fue criada por Miguel Frías Castro y Emelinda Ovalle Santibáñez. Se casó con Robinson Campos, el popular fundador de la Orquesta Huarany, con quien tuvo cuatro hijos.

Entregada desde muy joven se dedicó a la causa social, destacando por su participación y rol de dirigente en su villa Nicanor Molinare. Además, su vocación de servicio público la llevó a liderar la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Peñaflor durante cuatro períodos, motivando la asociatividad como la única forma de conseguir progresos para los vecinos y vecinas de su comuna.

Mario Gutiérrez Prado: Uno de los últimos zapateros remendones de Malloco

A sus 83 años y con un cariño entrañable por su tierra, sigue atendiendo en su taller de la calle Puerto Aysén en la Villa Nueva Malloco. Allí sus manos laboriosas reparan todo tipo de calzado, rodeado de imágenes del Niño Dios y de su querido Malloco Atlético, el club que presidió por varios años.

Durante décadas su taller estuvo instalado en la calle principal de Malloco, donde junto con reparar calzado, se caracterizó por ser un gran anfitrión, amable y cercano, siempre entregando un mensaje de optimismo a la clientela.

José Antonio Lagunas: La farmacia y el boticario del pueblo

Fundada en 1932 por la química farmacéutica Juana Román y el veterinario Alfonso Echeverría, ha llevado alivio a los malloquinos y malloquinas por casi 90 años. Tras unas décadas, pasó a manos de Luis Adán y Raquel Alfaro Román. Actualmente la administra don José Antonio Lagunas, hijo de los reconocidos vecinos Abelardo Lagunas y Olga Valdenegro.

Instalada desde el 1 de febrero de 1960 frente a la Plaza de Malloco, la Botica Malloco destaca por mantener intacto su mobiliario, constituyendo un preciado patrimonio para la comuna. Además, mantiene la clásica atención, amable y cercana, de una farmacia de pueblo.